Saramago o la conciencia que guía al rebaño

José Saramago nació hace 85 años en una aldea portuguesa bajo el seno de una familia pobre. El marco donde nació nos ayuda a comprender la magnitud de los mensajes que encierran todas sus novelas, mensajes llenos de palabras concienciadoras para una sociedad que parece no encontrar un rumbo concreto. Saramago trabajó primero como periodista antes de adentrarse en la tarea de novelista, trabajo que le ha reportado todo lo que es hoy en día: uno de los mejores escritores del mundo.

Sus novelas intentan no dejar indeferente al lector que se atreve a adentrarse en las páginas de sus libros. Autor concienciado con los tiempos que corren, en sus palabras se asoma la rebeldía y el descontento social que le ha acompañado siempre, desde que luchaba en las filas del Partido Comunista Portugués para acabar así con la dictadura de Antonio Salazar. Saramago muestra siempre en sus obras, hipotéticos casos que se le presentan en su mente despierta y astuta, características importantes que hacen que el lector de sus novelas piense friamente que si lo que está leyendo en ficción o la terrible realidad del mundo en el que vive.

Las penurias y las grandezas del ser humano sabe conjugarlas de tal manera que convence al lector de que todos podemos ser mejores personas. En el trato a gobernantes o en la forma que sus personajes se mueven entre el abismo caricaturesco y la frontera que todo político ha estado siempre a punto de cruzar: la de utilizar el poder en su propio beneficio, dejando al pueblo en manos de nadie.

Por todo ello Jose Saramago está considerado como uno de los más importantes novelistas. El escritor portugués dijo en una ocasión "Yo no invento, sólo miro por detrás de lo que ya existe" y puede que sea ahí donde resida el éxito que alcanzan todas sus obras. A él todo esto no parece importarle y sigue disfrutando de su vida, de su amor por la pintura y de todas las experiencias que le ha dejado cada una de sus novelas. Para mí siempre será un hombre que ha sabido adaptarse a los tiempos que corren pero sin dejar de imaginar que en algun momento del futuro que nos queda por vivir las cosas pintarán mejor que ahora. Una conciencia, la suya, que sirve para guiar a un rebaño perdido como el nuestro, un rebaño que huye de los lobos feroces que pueblan las altas esferas.