Cuando hablamos de estos dos grupos armados podemos pensar que tienen unas bases y unos objetivos comunes a la hora de conseguir sus objetivos, aunque en realidad hay más diferencias que semejanzas. El IRA nació hacía 1916 y sería cinco años después, en 1921, cuando comenzaran a declarar la anexión de seis condados que los británicos no habían unido a la reciente independencia de Irlanda. Fue en ese momento cuando comenzaron los enfrentamientos para reconocer como propio un territorio que había quedado en manos de los ingleses. Un problema colonial frente la irracionalidad de los que como ETA que utiliza los tiros y las bombas como moneda de cambio. Lo de ETA es algo distinto y más cercano en el tiempo ya que no será hasta 1959 cuando aparezca en escena la banda para reivindicar la independencia de Euskadi, una independencia que ellos reclaman a través de las armas y de un nacionalismo que ha sembrado el terror en toda la Península.
Otra de las diferencias es la autonomía política de lo que goza el País Vasco. El brazo político de ETA, es decir Batasuna con Arnaldo Otegui a la cabeza, nunca se ha mostrado como un mediador de la banda terrorista dentro de los procesos de paz o en el intento de alcanzar un acuerdo, sino todo lo contrario, se ha convertido en el portavoz de la banda y la cabeza pensante de muchas de las acciones que enfrentarían a España con el País Vasco.
Tampoco podemos dejar de lado el hecho de que el IRA ha tenido la capacidad suficiente de considerar que su tiempo de lucha se había acabado en un marco democrático como el que vivimos. La huelga de hambre de los presos irlandeses para conseguir un mejor trato acabó con nueve personas muertas. Pedían derechos y la paz de manera pacífica, mientras que ETA sólo nos ofrece coches bomba, artefactos explosivos y tiros en la nuca. A esto se le une sus famosas treguas en las que parece que sean ellos lo que llevan la voz cantante.
La anexión que piden los Irlandeses es muy distinta a la independencia que solicitan los vascos. Los nacionalistas irlandeses pretenden fundir un territorio, Irlanda del Norte, con un Estado ya existente, la República de Irlanda. Los nacionalistas vascos pretenden separar un territorio , el País vasco, de un Estado existente hace muchos siglos, España, para crear otro de la nada. Y eso que ya cuentan con un Estatuto de Autonomía que les concede más de un favor.
Y sin ninguna duda, la mayor diferencia de todas es que el IRA abandonó las armas en el 97 lo que posibilitó las futuras conversaciones que facilitaron los acuerdos de Viernes Santo de 1998, cuando los Gobiernos de Londres y Dublín y todas las fuerzas políticas pactaron el autogobierno y la normalización de las relaciones entre católicos y protestantes. En España queda mucha camino por recorrer y sobre todo queda mucha intención política que unir para poder escuchar que ETA, única banda terrorista que queda en pie de guerra, ya no será una amenaza para ninguno de los españoles.